En cuestiones de elegancia y señorío, pocos muebles pueden competir con la prestancia de un sofá de piel. Sin embargo, igual que los muebles de madera acabarán rallados con el paso del tiempo hagamos lo que hagamos, es inevitable que nuestros sofás se acaben manchando de una u otra forma.
Si no sabes cómo limpiarlos para que queden como nuevos o qué productos utilizar para no dañarlos más aún, aquí te damos los trucos para limpiar tu sofá de piel a la perfección.
Limpiar un sofá de piel
Para limpiar un sofá de piel, ya sea por alguna mancha fortuita o porque ha perdido algo de brillo, sólo deberemos utilizar los productos indicados para ello y aplicarlos siguiendo todos los pasos.
Ten cuidado con los productos que compres, y elimina las machas en cuanto aparezcan. Sólo así podrás evitar que se conviertan en permanentes.
Es lo que pasa, por ejemplo, con las manchas de tinta sofre sofás de piel blanca: con aplicar un poquito de vaselina o aceite de ricino sobre la mancha, dejar actuar un par de minutos y limpiar cuidadosa y lentamente con el pañol, eliminaremos la mancha. ¡Pero sólo si actuamos lo antes posible!
Para quitar manchas de rotulador o manchas incrustadas, también se puede utilizar leche desmaquillante o agua micelar de las que se usan para quitar el maquillaje. Son efectivas y además no requieren protectores de la piel. Aplicamos un poquito sobre la mancha, retiramos con un paño limpio, y secamos.
Renovar el brillo de un sofá de piel
Igual que existen productos específicos para recuperar el brillo de la piel del sofá, también podemos utilizar algunos productos caseros.
Podemos utilizar talco de la siguiente manera: aplicamos el talco sobre un paño limpio, y sobre este mismo paño ponemos una mezcla de dos partes de esencia de trementina y una parte de cera de abeja. Esta mezcla la aplicamos y dejamos que actúe y se seque durante un par de horas. Ya lo secamos con el paño seco y vemos como ha recuperado todo el brillo.
También podemos limpiar el sofá con un paño humedecido en vinagre blanco diluido en agua, el cual retiraríamos con un algodón mojado en aceite de lanolina.